Hoy quiero comentar especialmente dos entradas de La decadencia de Occidente que me han dejado impactado por su relación con una situación personal que me ha sucedido hace poco.
La primera es
¿Más Europa? En ella, en grandes rasgos, se explica cómo los franceses son europeístas desde un punto de vista radicalmente nacional y cómo los españoles, tan europeístas ellos (y no desde un punto de vista nacional sino todo lo contrario; contra la Nación)
y en exclusiva, son, sin embargo (y paradójicamente), indiferentes ante el futuro político de los países europeos (en este caso pasan de las elecciones presidenciales francesas). También se dice que lo que hace falta, según la opinión mayoritaria de los españoles, es "más Europa" (= menos España), en contra de lo que opinan los franceses, que no es más que Europa sí...en lo que no perjudique a Francia (y si algo le perjudica hay que erradicarlo; como el poder que ha alcanzado Alemania).
Pues bien, respecto a esta entrada he de decir que tuve una charla distendida sobre la situación económica actual con un Economista que trabaja como funcionario en un organismo público madrileño, teniendo un muy buen puesto (no es de libre designación al ser funcionario, pero está casi debajo de éstos en el escalafón).
Este hombre que, digamos, está en la cincuentena (acercándose seguramente a los 60) sacó a relucir el tema de la crisis. Yo le comenté cómo daba igual quién gobernase (él es de izquierdas), porque realmente el Sr. Rubalcaba, por órdenes de Bruselas (léase Alemania), hubiese acometido también un recorte similar (si bien posiblemente en otras partidas, etc., pero de las mismas cantidades seguro).
Para ello le hablé de que el problema era el euro. De que no permitía una devaluación externa (que la riqueza de España con respecto a Alemania, Francia, etc. se midiese en una moneda distinta a la de éstos países, lo que nos permitiría un ajuste mucho más rápido al devaluar dicha moneda que el ajuste interno al que estaremos obligados durante décadas). Él al principio era reticente (se cumplieron, uno por uno, los tópicos que tanto comenta Luis sobre los economistas españoles), diciendo que con el euro teníamos una moneda fuerte, que sin él la Deuda Pública sería atacada en mayor medida, etc. Cuando le dije que el problema no era la Deuda Pública (España no llegaba al 40% como porcentaje del PIB mientras que otros países grandes europeos tenían grandes cantidades sobre el PIB antes de la crisis y hoy somos nosotros los atacados en el mercado de Deuda Pública) sino la imposibilidad de ajustarse de forma relativa con respecto a Alemania (y Francia, y...) de forma rápida, pasó al siguiente argumento; ¡¡pero las deudas seguirían estando en euros!!
Yo le dije que sí, pero que habría que tener en cuenta dos cosas. La primera es que la deuda en euros la tendrían los bancos con respecto a otros bancos extranjeros, etc. (en su mayor parte), solucionándose con la futura peseta el problema del apalancamiento familiar (una familia con 150.000 € de hipoteca con un banco español pasa a pagarla en pesetas y, gracias a la inflación por la devaluación externa debida al aumento de las exportacioens, sus ingresos crecerán progresivamente mientras que sus 150.000 €, valorados en pesetas, se mantendrán, con lo que se conseguirá un desapalancamiento o endeudamiento progresivo de dicha familia que, a largo plazo, aumentará su consumo).
Esto es todo lo contrario a lo que sucede hoy en día; recortes llevan a recesión, que lleva a más recortes por la caída de los ingresos del Estado, que lleva a más recesión, que lleva a...Produciendo todo esto paro y, en última instancia, ingresos menguantes para las familias...debiendo devolver éstas sus deudas que, lejos de menguar, se mantienen (antes ganaban 1.000 € y ahora, tras los recortes-recesión, 900 € y, más tarde, tras los nuevos recortes-recesión, 800 € y...mientras que la hipoteca siguen siendo 150.000 €).
La segunda cosa es que la mala práctica bancaria (él dijo que la culpa era de los desmanes bancarios junto con la deuda privada; como he respondido en el párrafo anterior a cómo solucionar la deuda privada no bancaria pasé a comentar lo de los bancos) era culpable de la situación, sí. Pero...¿hasta qué punto? Puse un pueril ejemplo que quiero trasladar aquí. Yo, el Banco X, di 100 créditos. De esos 100 créditos 5 pueden calificarse como basura o subprime (claramente no me los pagarán al habérselos dado a personas con trabajos precarios o a tiempo parcial o, incluso, en el paro).
Ahora bien. ¿Hasta qué punto es el Banco X responsable de todo el pufo (créditos basura que nunca cobrará) que tiene hoy en día en su balance? Yo dije (sin ánimo de defender a los bancos, pero es la realidad) que la política del BCE (mano súpercerrada, no prestando casi nada en comparación con lo que sería necesario en la situación actual) aumentaba el pufo que ya de por sí existía ya que, al obligar a realizar el ajuste deflacionario internamente, la población se empobrece mientras que sus deudas siguen igual (como he dicho) y, en consecuencia, si el banco dio 5 créditos basura resulta que ahora hay otros 5 que se convierten en basura ya que, debido a la tacañería de la Política Monetaria actual, las empresas para las que trabajaban quiebran por falta de liquidez, etc. Así, van al paro, etc. y no pagan su hipoteca.
Y ya tenemos un 10% de morosidad total (¿permanente?) en el Banco X, siendo responsable de la mitad el Banco X y de la otra mitad el BCE (pongan los porcentajes que quieran).
Por todo esto este amable señor (no lo digo irónicamente; realmente es una bellísima persona) acabó dándome la razón, si bien "contraatacó" (no tiene más remedio; en su cerebro han metido unas ideas preconcebidas casi imposibles de erradicar) diciendo que, de todas formas, el problema era de la estructura económica española, porque eso de "vivir" de la construcción había sido un error, etc.
Yo le dije que, sin dinero (es decir, sin Política Monetaria independiente y acorde a los intereses españoles), daba igual la estructura económica que tuviésemos, porque no se podría financiar ni la actual ni una distinta (él propugnaba que cuando invirtamos
de verdad en energías renovables saldremos de ésta, etc.). Él acabó dándome la razón también en este punto. Finalmente, y para acabar relacionando la conversación con la entrada de
La decadencia de Occidente que he puesto al principio, dijo que la solución, de todas maneras, sólo podía ser
más Europa.
¡¡Después de todo lo que habíamos hablado!!
Él decía que la gente (que como él) que había vivido la dictadura franquista le tenía mucho aprecio a la Democracia (con todos mis respetos; ¡¡como si los demás no!!; nací en 1988) y que Europa representaba el futuro, etc. En definitiva, que era el espejo en el que le gustaba mirarse a la gente de su generación.
Yo le dije que de acuerdo, que muy bien, pero que mantengamos la soberanía nacional, al menos, en cuanto a Política Monetaria se refiere, dado que, en realidad, no somos un mercado común perfecto (o tan perfecto como España) y nunca lo seremos. España no es Extremadura ni Alemania Madrid. Dije que salirse del euro (Eurozona) no era salirse de la Unión Europea y que, como jurista, estaba en condiciones de afirmar que en España gran parte del Derecho ya proviene de la Unión Europea (Directivas sobre protección al consumidor, sobre la calidad de vida que deben tener las gallinas para poner mejores huevos -verídico-, etc.).
En definitiva, que utilizar criterios de racionalidad económica (un mercado cohesionado de verdad -no pudiendo estar cohesionado de verdad el europeo nunca-, una sola moneda) para regir cada país no implicaba acabar con la progresiva coordinación/unión política de la Unión Europea sino que, bien al contrario, incluso reforzaba a la Unión Europea (si la Economía va bien habrá paz social, progreso tecnológico, etc.).
Él...me dio la razón una vez más...
La segunda entrada que quiero comentar es
IPC bajo. De ella (donde se constata que vamos hacia una deflación de precios y salarios aún mayor al estar en recesión de nuevo), sólo decir que este alto funcionario de agradabilísima conversación dijo, durante la misma, que, en contra de lo que piensa la mayoría de los economistas,
él no teme a la deflación; incluso la ve necesaria.
Yo, retomando lo que ya he contado antes, le dije que sí, que era necesaria, pero que era muchíiiiiisimo más fácil y rápida de forma externa que de forma interna (lo que estamos haciendo ahora).
Como ejemplo le puse un caso en el que estamos trabajando. En él debo ver (como jurista) cómo cargarme una parte de un contrato de servicios de la Administración Pública con una empresa para pagar menos.
Y...no se puede (es parte del objeto del contrato la prestación que quería cargarse y a posteriori no se puede por varias razones que no vienen al caso).
¿Qué quiere decir esto? Que el ajuste interno (menor gasto de la Administración, etc.) NO ES FÁCIL NI RÁPIDO (muchas veces, como en este caso, es imposible).
De ahí la necesidad de tener moneda propia; para medir el valor de tu Economía en una moneda distinta a la alemana (por ejemplo) para, en un momento dado, decir "ya no es 1 euro 100 pesetas sino 1 euro 150 pesetas" y, de esa forma, ajustar de golpe un 50% (es imposible bajar los sueldos un 50% de golpe, etc.).
Él (quizás para que me callase de una vez; como han comprobado soy muuuy pesado)...me dio la razón una vez más.