viernes, 2 de marzo de 2012

Paro, pobreza, miseria, desesperación...

...desesperanza y, finalmente, violencia.

Violencia, bien contra uno mismo (suicidio o intento del mismo) o bien contra los demás, a través de la "acción directa" anarquista, de las manifestaciones y performances (se nota que, aunque sólo fuera en el pasado, han sido hijos de papá) de todo tipo (las "laicas", es decir, anticlericales, son de las más populares), etc.

Habrá (y hay) mucha gente que, como es obvio, se quedará en la desesperanza. Muchos dejan de creer en Dios.

Pero el quedarse en la desesperanza, por desgracia, no sirve de mucho. Me refiero, por supuesto, a que aun sirviendo (cuanta menos gente utilice la violencia mejor) no logrará evitar que una minoría creciente convierta el país en un infierno.

Muchos dicen "Por eso salí de España, para buscar un futuro mejor y librarme de la que se nos venía encima."

No les critico. Sólo les pongo como ejemplo para que se entienda mejor mi elección. Yo elegí (y estoy eligiendo) lo difícil. ¿Estoy acabando con mi proyecto de vida? No lo creo. Otra cosa es que vaya a ser muy pobre muchos años. Pero la felicidad está en el interior, ¿no es cierto?

...

¿Se podrán seguir viendo las estrellas en las noches de verano o los edificios en llamas dificultarán tal acción?

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