sábado, 28 de julio de 2012

Por fin, Mr. Reagan.

Odiado por unos, amado por otros. Fue el cuadragésimo Presidente de los Estados Unidos de América (tras ser el trigésimo tercer Gobernador de California durante dos mandatos) y lo consiguió más tarde que ninguno, a los 69 años, dejando de serlo a los 77 (también dos mandatos). Entre otras cosas, fue actor (de segunda fila) y Presidente del Sindicato de Actores durante 14 años, de 1.946 a 1.960 (increíble, ¿verdad?, repito, Presidente del Sindicato de Actores, para que vean como los tópicos hay que cogerlos con pinzas siempre).

En fin, no voy a hablar más de su vida. Hablaré de su obra (que es lo que aquí interesa). Él, que comenzó militando en el Partido Demócrata (de centro izquierda; no olvidemos que fue sindicalista) se acabó inscribiendo en el Partido Republicano (de centro derecha, aunque sus detractores le tachan de extremista de derechas, lo cual es falso) en 1.962, aunque le votaba ya desde 1.948 (fecha en la que votó demócrata por última vez).

¿Por qué este cambio? Por un lado, debido a su ferviente anticomunismo. Pero por otro, y desde mi humilde opinión, por sus deseos de que fuese la libertad (y no la igualdad, recordando aquí los tostones que ya solté en una ocasión sobre los debates de Filosofía del Derecho) la que prevaleciese en la sociedad.

Teniendo en cuenta (como todos mis lectores deberían saber ya) que la libertad es la mejor semilla para el crecimiento económico (aunque si no la riegas con una buena Política Monetaria nunca crecerá), al menos en el ámbito no financiero (una de las lecciones de la crisis actual será que el sector financiero no puede, al parecer, ser tratado por la misma lógica económica que el resto de sectores económicos), lo dicho sobre Mr. Reagan augura una época dorada para la Economía estadounidense.

Así fue, pero...¿seguro que es todo tan sencillo? No. Ya dije en la entrada sobre Mrs. Thatcher que Mr. Reagan era la parte débil del "diabólico tándem neoliberal" (sigo sin saber qué diferencia hay entre un liberal y un neoliberal, pero es lo que tiene basar las definiciones en el marketing y no en la razón).

¿En qué me baso para decir esto? Muy fácil. Mr. Reagan estaba a favor de la libertad, pero de la libertad de los habitantes actuales de la Nación estadounidense, no de los futuros.

Y me explico.

No hay más que estudiar el famoso libro de Microeconomía de Mr. Mankiw (o cualquier libro de Microeconomía un poco en condiciones) para saber que todo gasto público actual es un impuesto/recorte de gasto futuro (lo que estamos viviendo ahora, por cierto).

Ese impuesto/recorte de gasto futuro (o una combinación de ambos) será más o menos doloroso dependiendo de la situación económica futura del país y de la Política Monetaria que éste siga.

Tenemos, por tanto, en el siguiente cuadro obtenido de aquí...

Deuda Pública estadounidense como porcentaje del PIB.

...que Mr. Reagan aumentó una barbaridad la Deuda Pública del país durante su presidencia (1.981-1.989), pasando de un aproximado 25% sobre el PIB a un 50% sobre el PIB. Es decir, que la dobló.

Está bien realizar un juego Política Fiscal/Política Monetaria que lleve al crecimiento económico, pero doblar la Deuda Pública de tu país en 8 años de tiempos de paz (y sin crisis económica) me parece excesivo. Casi diría que irresponsable.

Más que nada porque ese gasto lo tendrán que pagar los hijos/nietos/bisnietos de los habitantes actuales del país (como está pasando ahora), y es ahí donde se recorta la libertad de los ciudadanos futuros; subiéndoles los impuestos/retirándoles prestaciones. Por eso prefiero a Mrs. Thatcher frente a Mr. Reagan.

¿Se imaginan que no hubiese aumentado tanto la Deuda Pública durante la época de Mr. Reagan? La enorme subida actual derivada de la crisis económica no hubiera sido algo tan catastrófico para las arcas públicas.

Si bien es cierto que la reducción posterior de Deuda Pública producida en el período de Mr. Clinton se debe posiblemente a la "época dorada" forjada durante el período de Mr. Reagan (es decir, quizás se deba a haber subido el gasto público primero) prefiero mil veces la situación británica, donde Mrs. Thatcher hizo algo muy similar sin necesidad de gastarse un pastizal de dinero púbico.

Por eso digo que Mrs. Thatcher es, para mí, la parte fuerte mientras que Mr. Reagan es la débil; porque a éste se le fue la mano con el déficit.

Por otra parte (y esto no es una crítica sino una constatación que busca derribar un mito) Mr. Reagan, como muy bien se explicó en La Decadencia de Occidente aquí, quería dinero fácil (yo, ahora y para España, también pero fuera del euro), lo que desmiente el mito aurista/rallista de que Mr. Reagan "era de los suyos" (es decir, un no-monetarista; todo lo contrario, creía en la Política Monetaria).

P.D. Por cierto, dos curiosidades.

La primera es que a dos meses de llegar al poder Mr. Reagan sufrió un atentado, pasando a engrosar la lista de mandatarios estadounidenses víctimas de un atentado (8)...e inaugurando la lista de los que sobrevivieron. Cuentan que, en la sala de operaciones, y antes de ser sedado, le dijo en broma a los médicos que le iban a operar "Espero que sean todos republicanos." y que el cirujano jefe le respondió "Hoy, Sr. Presidente, todos somos republicanos."

La segunda es que es muy importante recordar (yo, estudiante de alemán, siempre lo hago) que el Muro de Berlín no cayó; lo tiraron (que es muy diferente). El Muro de Berlín lo tiraron literalmente los alemanes y metafóricamente Mr. Reagan (como demuestra el siguiente vídeo).

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